El hombre es menos que un hombre porque de la libertad ha hecho un juego estético o moral, un tablero de ajedrez donde se reserva ser el alfil o el caballo.
Lo estoy leyendo por primera vez, despacio leyendo tranquilo, dejando que me atrape jaja gracias por pasar con tan buena onda a todos!! Valérie, la foto de cabecera es de robert doisneau (creo que se escribe así) y sean bienvenidas cuendo quieran!
—Estaba al borde de un cantero, una flor amarilla cualquiera. Me había detenido a encender un cigarrillo y me distraje mirándola. Fue un poco como si también la flor me mirara, esos contactos, a veces... Usted sabe, cualquiera los siente, eso que llaman la belleza. Justamente eso, la flor era bella, era una lindísima flor. Y yo estaba condenado, yo me iba a morir un día para siempre. La flor era hermosa, siempre habría flores para los hombres futuros. De golpe comprendí la nada, eso que había creído la paz, el término de la cadena.
Nunca entendí el ajedrez, no puedo entender la comparación.
ResponderEliminarTu comentario en mi blog, demuestra tus multiples personalidades..recomiendo psicoanálisis ajaja.
Nada para acotar
ResponderEliminarGracias por darme la bienvenida a tu blog con Julio y gracias incontables por tu comentario en el mio.
ResponderEliminarQué genio Julito, siempre con las palabras exactas.
ResponderEliminarPD: ¡Qué bella la fotografía de cabecera!
Lo estoy leyendo por primera vez, despacio leyendo tranquilo, dejando que me atrape jaja gracias por pasar con tan buena onda a todos!!
ResponderEliminarValérie, la foto de cabecera es de robert doisneau (creo que se escribe así) y sean bienvenidas cuendo quieran!
Rayuela, ¡Qué buen libro!
ResponderEliminarGracias Katya! (=
ResponderEliminarTraté de entrar a tu blog pero no se si no tenes o lo ocultas, si no te molesta, me lo pasas? jaja
—Estaba al borde de un cantero, una flor amarilla cualquiera. Me había detenido a encender un cigarrillo y me distraje mirándola. Fue un poco como si también la flor me mirara, esos contactos, a veces... Usted sabe, cualquiera los siente, eso que llaman la belleza. Justamente eso, la flor era bella, era una lindísima flor. Y yo estaba condenado, yo me iba a morir un día para siempre. La flor era hermosa, siempre habría flores para los hombres futuros. De golpe comprendí la nada, eso que había creído la paz, el término de la cadena.
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